0 8 DE JUNIO DÍA DEL INGENIERO PERUANO
Por Gonzalo García Núñez (*)
"En respetuoso homenaje a Gustavo Mohme
Llona, ingeniero CIP"
.El
8 de junio es el día del Ingeniero peruano. Fue instituido por la
ley 24648 de 1986, aprobada por unánime votación de una moción
multipartidaria del Congreso de la República, uno de cuyos autores
fue Gustavo Mohme y cuyo estatuto, redactado por la propia
Institución, fuera refrendado un 8 de junio de 1987. Este día
recuerda, asimismo, la promulgación de la ley de creación del
Colegio de Ingenieros del
Perú (CIP)
en 1962 y de su primera "constitución", aprobada por
decreto de don Jorge Grieve Madge, entonces ministro de Fomento y
Obras Públicas. Presidido hoy por Antonio Blanco Blasco, Decano
Nacional, el CIP cumple 39 años. Tiene registrados a 72,000
colegiados, organizados en 28 consejos departamentales ó
descentralizados y autónomos ó que integran a todas las disciplinas
de la ingeniería en capítulos especializados, organismos de centros
de trabajo y comités locales. Además, el CIP, la más numerosa
orden profesional, preside el Consejo Nacional de Decanos de colegios
Profesionales
del Perú, cuyo antecedente se remonta a la CIPUL, fundada por el
recordado maestro e ingeniero don Luis Felipe de las Casas Grieve. El
diseño institucional fue el resultado del extraordinario esfuerzo de
un excepcional equipo de dirigentes institucionales de entonces.
Algunas destacadísimas personalidades como los ingenieros Héctor
Gallegos Vargas, Bernardo Gálvez Brandon, Jaime Newell Barsallo,Iván
García
Cabrejos, Néstor Teves Lazo, Duncan Díaz Díaz, Manuel Arca
Bielick, Augusta Dianderas Salhuana, Guillermo Flores Pineda, Carlos
Machicao, Walter Zúñiga, Jorge Su Huamán, Salomón Lerner Ghitis,
Luis Clemente Sanguinetti, Carlos Morelli Zavala, Enrique Juscamayta
Aranguena, Daniel Peñaflor, fueron sus grandes animadores. Y cómo
olvidar la dedicación y las contribuciones de los Decanos Wilder
García Martínez de Arequipa, Aníbal Meléndez Córdova de La
Libertad; a Orozco Quiñones de Lambayeque, a Félix Wong de Loreto,
Aníbal Angulo de Ica, Freddy Cárdenas de Cusco, Romilio Quintanilla
de Puno, Obregón de Huaraz, Montalván del Callao, Aníbal Córdova
de Ayacucho, Zegarra de Apurímac, Angulo de Tarapoto, la lista es
extensa. Desde entonces, la vida institucional se ha probado en las
más complejas circunstancias. Inclusive sobrevivió a la agresión
dictatorial del 5 de abril de 1992. Mediante un decreto firmado por
Fujimori, Camet y Boloña, el Poder Ejecutivo le cercenó las rentas
provenientes del autogravamen sobre las obras y estudios de
ingeniería. Acallar a la voz de los ingenieros, sin embargo, fue un
intento fallido. No ha impedido el progreso de nuestro centro de
desarrollo profesional, tampoco detuvo la edificación en curso de
nuestras sedes institucionales en todo el territorio, ni por eso
dejamos de promover la excelencia y el rigor en el desempeño
profesional. Quitaron, si, las posibilidades de hacer más y mejor.
Ante la inminencia del resarcimiento democrático de esta aleve
agresión, a los que nos faltaron habría que responderle ócon las
vueltas que da la vidaó " sire.. Los muertos que vos matasteis
gozan de buena salud ". Los Decanos, Nacional y departamentales,
los presidentes de capítulos y delegaciones de centros de trabajo,
nuestros delegados a la Asamblea en estos tiempos difíciles merecen,
en tal sentido, el reconocimiento de todos. Otro hito sustancial fue
el Congreso Nacional de Ingeniería de 1983, organizado por Luis Diez
Castillo. Convocado durante el decanato de don Fernando Noriega
Calmet, petrolero, defensor de la Empresa Petrolera peruana, el
encuentro arrojó un
programa de
desarrollo para la nación. Estuvo tramado de proyectos productivos,
de iniciativas descentralistas, propuestas de grandes obras de
ingeniería y de conservación del ambiente, en que se reconocía la
inteligencia y voluntad de ingenieros de todas las sangres y
especialidades del país. Desde entonces, uno de nuestros mayores
esfuerzos institucionales ha sido preservar la memoria de la
ingeniería peruana. En 1986 creamos un grupo de tarea. Hoy, quince
años después, sus obras comienzan a salir del anonimato. Hay un
primer trabajo fundacional dirigido por el ex Rector, José I. López
Soria. Empezó recogiendo la memoria de la UNI, del que fuimos
coautores de su vigente estatuto. Como se sabe la Escuela de
ingenieros es la primera institución universitaria de la ingeniería
peruana. Los estudios históricos sobre la UNI realizados por el
equipo cubren desde la fundación, por la misión Habich en 1876
hasta 1955, periodizados y presentados en tres tomos de lectura
absolutamente indispensable. Historiógrafos han publicado textos
exegéticos sobre la vida del gran ingeniero polaco-peruano Ernesto
Malinowsky (1818-1899) cuyo nombre se asocia a la construcción del
ferrocarril trasandino. Es uno de los hitos de la ingeniería mundial
ante quien se inclina, reverente, el escrutinio de su compatriota
Danuta Bartkowiak. Trabajo que completan López Soria con Isaac
Cazorla en una minuciosa biografía sobre el "ingeniero de los
ferrocarriles". También existe una monografía estupenda sobre
Habich, del mismo autor, editada por Jorge Abadie y Hugo Pereyra,
sobre el fundador de la UNI. Escruta, de modo indirecto, el clima
intelectual que se crea desde 1869 por la llegada de un destacado
grupo de ingenieros franceses y polacos formados en la Escuela
Politécnica de París: Folkierski, Bruge, Martinet, Delsol, Du
Chatenet, que complementarían luego, sus primeros discípulos
peruanos como Remy, Elmore, Godofredo García, Lisson hijo, José
Bravo, Villarreal, Fuchs y tantos otros brillantes maestros cuya
influencia llega hasta profesores de hoy como Dunin-Burkovsky. Héctor
Gallegos Vargas, nos libró, en 1999, una reflexión original y
panorámica con su indispensable libro sobre la Ingeniería, y otra,
hace pocos meses, sobre la Ética. Curioso y fecundo escritor,
Gallegos se ha adentrado, recientemente, en indagar sobre el estado
del arte en el viejo Perú, durante las etapas pre-incaica e incaica.
Luis Bustamante Pérez Rosas termina su esperado estudio sobre la
ingeniería en el periodo colonial y el propio Gallegos acomete el
siglo XIX en un apretado recorrido por la obra de este periodo.
Termino apenas la lectura de la investigación sobre el ingeniero y
doctor en ciencias Teodoro Elmore Fernández de Córdova, el
polifacético precursor de la arquitectura peruana, escrita por
Patricia Seminario Stulpa y Ramón Gutiérrez. Augusto Elmore, su
nieto, en un bello prologo dice de su abuelo: "Fue un respetado
ciudadano alejado de los avatares de la política menuda, luchador
insigne y prolífico divulgador, constructor, proyectista, maestro,
hombre de ciencias, Teodoro Elmore fue un hombre vital que hizo todo
lo que pudo por el Perú y por la enseñanza de las ciencias. Y lo
hizo bien. Eso es quizá lo mejor que se pueda decir de el...".
Para
los que abrazamos esta hermosa profesión recordemos estas logradas
frases sobre Elmore como el paradigma
del noble ejercicio del arte. Parabienes a todos mis colegas del
Perú.
(*)
Ingeniero CIP 8281.
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Dioscrides Tena, Enrique
Espino y José Ramos
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